Un adolescente murió el jueves y 25 personas resultaron heridas en al menos tres explosiones de gas y más de 60 incendios que afectaron miles de hogares en el norte de Boston, informó el gobernador de Massachusetts.
Bomberos, policías y rescatistas trabajaron toda la noche atendiendo heridos, evacuando habitantes de unos 8.600 hogares afectados en las localidades de Lawrence, Andover y North Andover e inspeccionando y cerrando puerta a puerta los contadores de gas.
El fallecido era un joven de 18 años que se encontraba en un automóvil cuando una de las explosiones hizo que una chimenea cayera sobre el vehículo.
"El incidente ha sido traumático", dijo el gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, en una conferencia de prensa. "Los responsables deberán rendir cuentas".
"El foco sigue siendo la seguridad pública", afirmó, pidiendo "paciencia" a la gente. Antes de regresar a casa, afirmó, las personas deben asegurarse de que no hay riesgos.
Muchos habitantes llegaron del trabajo el jueves y hallaron sus casas en llamas, en medio de una gran humareda. Decenas de hogares fueron devastados por el fuego.
"Esto es como Armageddon", dijo al Boston Globe Garry Frizzell, de 51 años, habitante de North Andover.
Frizzell contó que sintió olor a gas en su casa a las 16h45 del jueves. "Me dije 'dejé prendida la hornilla', pero luego me di cuenta de que no había usado las hornillas en tres días".
Las autoridades investigan un exceso de presión en una gran cañería de Columbia Gas, la empresa que sirve a unos 50.000 clientes en la localidad de Lawrence y sus alrededores, informó el diario Boston Globe.
La empresa llevaba a cabo obras para modernizar las líneas de gas natural en la zona.
Columbia Gas dijo el viernes en un comunicado que "trabaja con las autoridades apropiadas para investigar este incidente con el fin de comprender sus causas".
Entre las agencias federales que investigan el incidente figura la National Transportation Safety Board, que además de la seguridad en los transportes supervisa los gasoductos.
Las escuelas de las tres localidades -donde viven un total de 100.000 personas- cerraron sus puertas este viernes, al igual que los tribunales y varios servicios públicos.